Sin embargo, se repite con mucha frecuencia que son venenosos, que transmiten enfermedades e incluso que orinan una sustancia que lastima la piel. ¿Es verdad o es un mito?
Esto es totalmente falso, pues son del todo inofensivos … y no perjudican la salud. Resulta muy curiosa esta información, pues estas lagartijas se han convertido en inquilinos habituales de la mayoría se los espacios urbanos. Los geckos caseros son muy pequeños, pero se han adaptado a convivir dentro del entorno humano y sus edificaciones. Se encuentran en todas las regiones cálidas del planeta y se alimentan de todo tipo de invertebrados, en especial de insectos y arañas.
Aunque existen diversos tipos de geckos, el más frecuente en los hogares es el de color rosado o coral claro, muy similar a la piel humana, son animales nocturnos quizás por esa razón no puedas observarlos en el día, pero si podrás oír su canto.
¿Qué hacer si tienes uno de ellos en casa?
¡Despreocúpate por completo!
Más que un peligro o un animal dañino, los geckos representan un aliado importante en nuestras casas, pues contribuyen activamente con el control de muchas otras especies que si son perjudiciales para la salud tales como: cucarachas, moscas, polillas, zancudos, arañas etc.
Son realmente ágiles, por lo que atraparlo será una tarea muy difícil, no suelen estar en contacto con los humanos, todo lo contrario, cuando notan su presencia desaparecen con una gran carrera hacia su lugar de habitad, así que puedes estar tranquilo si tus hijos juegan en el suelo y en el jardín, o si por el contrario tras una noche silenciosa en casa escuchas su canto… No te asustes, es tu pequeño inquilino diciendo presente.