El año ante pasado, seleccionamos lo que nos pareció un bellísimo hotel a las orillas del Mar Caribe, según observamos por su página web era 5 estrellas y reunía todas las condiciones que buscábamos, pero luego nos dimos cuenta que le faltaba una de las más importantes.
Al llegar fuimos atendidos muy amablemente, nos dieron dos habitaciones con vista al mar y nos mostraron el itinerario de actividades “diseñados exclusivamente para nuestro placer”, (según indicaba el folleto) pero al iniciarse nuestra estadía, comenzaron los problemas.
Lo primero que sucedió, fue que mientras estábamos disfrutando de la piscina y degustábamos unos dulces cocteles, a mi esposa le pico una avispa en la punta de la lengua, a la pobre se le inflamo toda la boca (a pesar de que no era alérgica) y le dolía muchísimo para comer, hablar y por su puesto besar, ya imaginaran como pasamos nuestra primera noche. Pero los sucesos solo comenzaban.
Esa misma noche mientras trataba de consolar a mi esposa de su infortunio, tocaron a la puerta nuestros dos hijos indicando que no podían dormir porque “les picaban los mosquitos”. No habíamos visto mosquitos en nuestra habitación y al revisar la suya tampoco, así que no le creímos, pero nos arrepentimos al día siguiente, cuando le vimos la piel llena de rosetones. Eso me molesto y exigimos el cambio de habitación, nos concedieron el cambio y el botones nos mostró la habitación exaltando las razones por las que en esta sería imposible que entrara un mosquito.
Al tercer día, parecía haber mejorado nuestra suerte, cuando en el restaurante del hotel degustando lo que nos parecía una deliciosa cena, pude ver en mi plato lo que era, sin duda alguna, una chiripa! Ya me había comido más de la mitad de la comida, pensé, ¿qué pasaría si ya me había tragado una chiripa?! Esto fue lo que desbordo nuestra paciencia! Inmediatamente exigí que nos rembolsaran nuestro dinero. Mi esposa que es abogada amenazo con demandarlos y nos fuimos, una vez que constatamos que entre las documentaciones de salubridad que mostraban en la recepción, mantenían un certificado de fumigación vencido.
Camino a la casa reflexionábamos que lo sucedido no fue producto de la casualidad, simplemente, un hotel que no fumigue frecuentemente siempre será el peor, ese día jure, que no permitiría que nos arruinaran nuevamente nuestras vacaciones y el año siguiente realice una búsqueda por la web muy distinta a la anteriores.
Lo primero que investigue mediante internet, fue a la mejor empresa de fumigación de la zona y al dar con esta, nos mostraba entre sus clientes frecuente los mejores hoteles y centros vacacionales a quienes les prestaba servicio regularmente. Así fue como dimos con el hotel donde pasaríamos las mejores vacaciones de nuestra vida.
En este hotel, bebimos dulces cocteles a la orilla de las piscinas, dormimos y disfrutamos de placenteras habitaciones sin los molestos “Chinches de la cama” ni “Mosquitos” y por su puesto degustamos de deliciosos platos en el lujoso restaurant del hotel, aun en los jardines y espacios al aire abierto no percibimos ninguna plaga. “Estas si son Vacaciones! decía incluso luego de la primera semana en el hotel, uno a los que “Fumigación Universal” le presta servicios frecuentemente.
Este año, aplicare el mismo criterio de selección para elegir el hotel donde pasaremos nuestras vacaciones, y es que hasta para nuestro disfrute y esparcimiento. En Fumigación Universal están dispuestos a ayudarnos!
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