El ser humano dentro de su anatomía cuenta con cinco sentidos: la vista, el olfato, el gusto, el tacto y la audición. Este último no solo sirve para escuchar, sino que también es el responsable de conservar el equilibrio, debido a la situación en la que se encuentran ubicados, es decir, a los lados del rostro, es posible que sufra diversos daños y entre ellos el acceso de diminutos insectos que podrían afectarlos.
¿Cómo es posible que entren?
El oído externo, medio e interno, de esta manera se divide el oído, en tres partes. Por lo general, cuando un insecto logra meterse en el oído externo, lo hacen por la noche que es cuando nuestro cuerpo está inactivo al estar dormidos, aunque también hay casos que ocurren cuando se realizan actividades al aire libre. Los niños son los más afectados.
Cualquier tipo de insecto puede meterse en nuestros oídos, mientras su tamaño les permita entrar: mosquitos, cucarachas, garrapatas, hormigas, arañas, polillas, catarinas o mejor conocidas como mariquitas, gusanos, grillos, etc. se introducen al conducto auditivo en busca de calor o protección y toman el oído como su hogar.
¿Cómo podemos darnos cuenta?
Es fácil reconocer un cuerpo extraño, cuando somos adultos, claro está. Pero en los niños suele ser complicado, debido a que se llevan la mano hacia el oído afectado, pueden quejarse de dolor o quizás sentir el oído tapado.
Entre los síntomas más comunes, la comezón, ruidos internos como de aleteo, dolor (causado por las picaduras, mordeduras o por infección), disminución de la audición o simplemente la sensación de tener “algo en el oído”.
¿Qué debo hacer? ¡Ayuda!
Lo primero que debemos tener es calma, una vez se haya descubierto el insecto en el oído. Si nos angustiamos y comenzamos a realizar maniobras para que el insecto salga, pudiéramos generar que se introduzca aún más, lo que ocasionaría laceración en la piel del conducto y dañar la membrana timpánica.
En casa podemos sacar los insectos, podemos hacer 2 maniobras, la primera es jalar suavemente el pabellón auricular hacia arriba y hacia atrás, y aplicar una fuente de luz, ya sea una lámpara o incluso la luz del celular, esto podría hacer que el insecto siga la fuente luminosa y salga del oído. La segunda opción es inclinando la cabeza hacia el lado afectado y sacudirla ligeramente y que mediante la gravedad el insecto pueda salir.
Si a través de estas técnicas no tenemos resultado positivos es momento de acudir a un especialista en Otorrinolaringología para la extracción mediante el uso de pinzas especiales, lavados óticos o bien ingresar al quirófano en dado caso que se complique la extracción, además de verificar que no haya daños en la membrana timpánica aun cuando se haya logrado sacar el insecto en casa.
Evite tapar el oído, colocar hierbas medicinales, introducir objetos o realizar lavados con agua u otro tipo de líquido, ya que lo único que lograríamos es aumentar el daño.
Estas recomendaciones se pudieran haber evitado si en su hogar realizara las fumigaciones pertinentes, no deje que las plagas invadan sus espacios. En Fumigación Universal tenemos un equipo capacitado para hacer el control de plagas. Mañana es tarde… ¡FUMIGA YA!