Aunque provoquen cierta repulsión a tanta gente, lo cierto es que las cucarachas suelen ser bastante inofensivas. No pican y es muy difícil que trasmitan alguna enfermedad, y siempre de manera indirecta, algo que sí ocurre con los mosquitos, por ejemplo, y no suelen provocar tanta aversión. Se trata, por tanto, de un miedo bastante irracional y cultural pues, como explica Paula Mella, “la repulsión o el miedo a las cucarachas puede ser especialmente llamativo dado que es un insecto muy frecuente y que habita en prácticamente todo el planeta. Sin embargo, se da más frecuentemente en los países más desarrollados dado que se asocia con elementos desagradables como la suciedad o la pobreza”. Se trata, por tanto, de una fobia adquirida que poco tiene que ver con un peligro real, “no supone ningún riesgo a nuestra especie ni a especies similares como los monos. De hecho, en algunas culturas, está la tradición de comerlas crudas o cocinadas”, explica.